Por qué no nos importa el medio ambiente y cómo cambiarlo

¿Es real? ¿No nos importa el medio ambiente?

Si estás leyendo esto es que porque a ti si que te importa. Pero todos los días te encuentras con personas que le dan la espalda y tú no comprendes su actitud. ¿Cierto?

Nosotras, que somos unas optimistas, unas ilusas y tendemos a pensar bien de los demás, teníamos la idea de que todos éramos portadores de una pequeña conciencia ambiental que nos hablaba, pero después de escuchar algunas perlas como:

«A mí el tema ambiental… me da un poco lo mismo». «Yo es que tengo otras cosas en las que pensar». «No importa lo que yo haga si todo está fatal»

La verdad es que es difícil mantener la fe en la humanidad. Lo sabemos.

Y nosotras, que además de optimistas e ilusas, somos unas curiosas, empezamos a preguntarnos por qué. ¿Por qué no nos importa una mierda el medio ambiente?

Si te quedas, descubrirás las razones de la gente para despreocuparse del cuidado de nuestro planeta. Y quizás ese conocimiento nos ayude a cambiar actitudes…

Individualismo, apatía e ignorancia

Sin investigar demasiado, lo primero que se nos vino a la cabeza fue que nos importa más nuestro «yo» que cualquier otra cosa. Eso es innegable. Nos creemos el ombligo del mundo y lo demás es un tanto secundario. 

Pero… El medioambiente nos afecta de forma individual a cada uno. Si somos unos grandísimos egoístas, debería importarnos igualmente. Si, cierto, pero hay que sumar la ignorancia a la ecuación:

«¿Problemas ambientales? Eso a mi no me afecta». Y esta es la actitud que desgraciadamente nos encontramos por la calle muchas veces, de pura ignorancia, de no saber.

¡Ah! Pero si informamos a ese individuo ya está. Pues no, porque la ecuación tiene un término más: La apatía. Está muy unido a los anteriores y consigue que no hagamos nada.

INDIVIDUALISMO + IGNORANCIA + APATÍA= NO ME IMPORTA

Aún así nos negamos a pensar que todo se debe a que somos egoístas, vagos y un poco cazurros. Debe haber más, ¿no?

Utopismo Tecnológico

Suena chulo, ¿verdad? Se trata de la creencia de que la tecnología vendrá a salvarnos el culo. Sí, ya vendrá alguien o algo para arreglar nuestros problemas ambientales, ya hay gente trabajando en ello…

Este término proviene de un artículo de Szeman de la Universidad de Alberta, en que dice que la gente no actúa a pesar del conocimiento que tienen sobre los efectos del petróleo sobre el medio ambiente debido a 3 causas:

– El realismo estratégico: es la noción de que la producción de petróleo es buena porque apoya la seguridad económica.

El eco-apocalipsis: que Szeman explica como nuestra incapacidad para actuar sobre el conocimiento que tenemos.

 – El utopismo tecnológico: es la creencia de que la tecnología resolverá los problemas ambientales derivados del petróleo y su uso.

Además de a estos problemas ambientales ocasionados por el uso del petróleo, esto es extrapolable al resto de problemas ambientales. 

Antropocentrismo y visión clásica de la naturaleza

¡Vaya palabros!

El antropocentrismo considera al ser humano como el centro de todo, donde tenemos un valor intrínseco y la naturaleza es valiosa en la medida que pueda servirnos.

«Todo árbol que no da buen fruto, es cortado y echado al fuego» Mateo 7:19

Grandes enseñanzas nos dejó la Biblia… Pero el antropocentrismo ya viene de antes, en la Grecia clásica, Protágoras nos decía que «el hombre era la medida de todas las cosas», que descendemos de los dioses y que la naturaleza era nuestro instrumento.

Contra todo pronóstico, la visión antropocéntrica del universo continuó a lo largo del Renacimiento y en todos los avances tecnológicos que siguieron.

En la actualidad, a pesar de toda la evidencia científica a la que podemos acceder, la mayoría de la gente sigue siendo antropocéntrica. Se sigue pensando que sólo los seres humanos tienen alma, vida futura, lenguaje, moral, derechos y valor intrínseco. Todavía creemos que no somos parte del mundo natural.

Esta es la razón por la que destruimos todo aquello que no nos es útil de manera directa.

Difusión de la responsabilidad

La culpa es de mi vecino, ¿no?

Los estudios psicológicos nos explican la difusión de la responsabilidad mediante dos teorías: «El efecto espectador» y «el modelo concéntrico de la responsabilidad hacia los demás»

El efecto espectador

El efecto espectador es un fenómeno, en el cual los individuos son menos propensos a ayudar en una situación problemática cuando otras personas están presentes.

La probabilidad de asistir está inversamente relacionada con el número de testigos. En otras palabras, cuanto mayor es el número de espectadores, menos probable es que cualquiera de ellos ayude. Si quieres flipar por un tubo con esto, mira el caso de Kitty Genovese, apuñalada durante media hora en la calle. 

Esto es aplicable al medio ambiente. Como somos muchos, muchísimos más que muchos, alguien actuará mientras yo soy un ser pasivo, un espectador.

El modelo concéntrico de responsabilidad

El modelo concéntrico de responsabilidad hacia los demás describe cómo las responsabilidades son generalmente más fuertes con aquellos que están físicamente o afectivamente más cerca de nosotros.

Para aplicar este modelo a la ecología, debemos asumir que cuanto más distantes sean las consecuencias ambientales, menor será la responsabilidad moral que realmente se sentirá.

Modelos concentricos de responsabilidad, adaptación de http://thegoodproject.org

Así que, en un mundo «tan grande» y lleno de gente, no sentimos que tengamos una responsabilidad sobre lo que ocurre. «Que lo haga otro» y «Si es lejos no me afecta» son pensamientos comunes para no hacer nada.

Infoxicación

Para nosotras este es uno de los grandes problemas que sufrimos en la sociedad actual.

Hay un artículo que leímos hace un tiempo titulado Por qué no estalla una revolución. En él se explica cómo estamos sometidos a flujos constantes de información que no terminamos de procesar y por lo tanto no reaccionamos ante ello.

Esa es la razón por la que estamos tan puteados y no hacemos nada. En otros tiempos se armó la marimorena por cosas mucho menos graves de las que hoy vivimos. 

Y, a nuestra forma de ver, es un poco lo que nos pasa cuando nos enteramos de que hay un nuevo desastre ambiental, que nos morimos por dentro a causa de la contaminación, que en unos años el sótano de nuestra casa será una piscina marina cubierta, etc, etc.

Nos da lo mismo, no hacemos nada porque enseguida tenemos más información sobre otra cosa distinta, así que no hay enfado, no hay reacción, no hay nada.

Lo que dicen los psicólogos norteamericanos

Todo tiene más credibilidad si lo dice un experto, ¿o no? 

Pues según un estudio de la Amercican Psychological Association, los motivos por los que no hacemos nada ante el cambio climático ( y por ende, ante cualquier problemática ambiental) son:

  1. Incertidumbre – La investigación ha demostrado que la incertidumbre sobre el cambio climático reduce la frecuencia del comportamiento «verde». (No comprendemos cómo a estas alturas puede haber incertidumbre.)
  2. Desconfianza – La evidencia muestra que la mayoría de la gente no cree en los mensajes de riesgo de los científicos o del gobierno.
  3. Comparación social – Las personas comparan rutinariamente sus acciones con las de otros y derivan normas subjetivas y descriptivas de sus observaciones sobre cuál es el curso de acción «correcto». Es decir, la gran residencia de Al Gore se ha utilizado como una justificación para la inacción.
  4. Menosprecio de los riesgos – Un estudio de más de 3.000 personas en 18 países mostró que mucha gente cree que las condiciones ambientales empeorarán en 25 años. Si bien esto puede ser cierto, este pensamiento podría llevar a la gente a creer que los cambios pueden hacerse más tarde.
  5. Falta de control – La gente cree que sus acciones serían demasiado pequeñas para hacer una diferencia y eligen no hacer nada.
  6. Control percibido del comportamiento – Debido a que el cambio climático es un problema global, muchas personas creen que no pueden hacer nada al respecto. Este es el conocido problema de acción colectiva.
  7. Hábito – Los comportamientos arraigados son extremadamente resistentes al cambio permanente mientras que otros cambian lentamente.

Estas 7 razones nos encajan en lo que vemos a diario.

Conclusión

Podríamos resumir todo esto en que somos unos ignorantes, egocéntricos y vagos. Creemos que ya vendrá otro a solucionar nuestros problemas o que ni siquiera tenemos un problema real que solucionar, dependiendo de con quien hablemos.

Nos parece una visión bastante triste de la humanidad, pero confiamos en que nuestra mentalidad cambie y se produzca una reacción global. Aunque como bien decíamos al principio del artículo, somos bastante ilusas y optimistas. 

¿Cómo cambiar estas actitudes de mierda? Pues hablando. Informando a los demás de que ciertas creencias ya no tienen cabida.

¿Crees que hay alguna manera de que reaccionemos de forma colectiva?

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